Sirviolas gigantes con cebo natural

A finales de Mayo o primeros de Junio, las serviolas, lechas, peces limón o medregales (seriola dumerili) se acercan a la costa de Menorca, para reunirse en grupos más o menos grandes con el objetivo de desovar. Tradicionalmente los pescadores profesionales menorquines han perseguido a estos grandes predadores con unas redes especiales (soltes) de unos diez metros de altura, que se calan en las zonas donde los mencionados peces tienen tendencia a reunirse. Estas suelen ser relieves de roca sobre una pradera de posidonia, o las proximidades de algún pecio.

Los pescadores deportivos las pescaban hasta hace muy poco con un carrete artesanal (el nodo) montado directamente sobre la embarcación (que era siempre el típico llaüt), en el que se enrrollaba la cuerda de cáñamo (y más modernamente un nilón del 120 140). Como cebo se utilizaba a menudo el pez aguja, la sepia y también el calamar, frescos pero siempre muertos.  Se utilizaba un plomo de 1000 o 1500 gramos, atado directamente al sedal, que acababa también, cuando se recogía la línea, enrollado en el nodo. Con este sistema de pesca tan poco sofisticado, no había mas que esperar la  picada y, cuando el pez se prendía, acelerar el motor hasta hacer flotar el gran pez, medio muerto en la superficie, momento en que se empezaba a girar el enorme carrete, que no disponía normalmente de freno, hasta cobrar la pieza.

Hoy en día, los peces son más listos (como se suele decir), y resulta difícil engañarlos con un nilón que serviría para remolcar una embarcación, además de que resulta poco deportivo. Nosotros utilizamos sedal del 0’60 en los últimos metros de nuestro carrete de medida 8000 (Hart One o Shimano Stella), y 350 metros de dyneema de 0’35 mm. Así nos aseguramos una lucha deportiva y divertida, aunque aún con casi todas las opciones de salir victoriosos, aún con sirviolas de hasta 43 kilogramos de peso.

Utilizamos un plomo de 400 gramos, y como cebo una sepia muy fresca. 


 

 

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